sábado, 19 de abril de 2014

Los Nuevos Discos / The New Discs: Ensamble Nacional del Sur
ENS - Ensamble Nacional del Sur:
Composición, Piano y Dirección / Composition, Piano & Conducting: Oscar Edelstein 
Piano y Teclados / Piano & Keyboards: Axel Lastra 
Guitarra Eléctrica / Electric Guitar: Leonardo Salzano 
Batería / Drums: Pablo Torterolo 
Teclados-Procesos/Keyboards-Processes: Mauro Zannoli 

Invitados
Voz / Voice: Deborah Claire Procter 
Saxo / Saxophone: Martín Proscia 
Piano / Piano: Ernesto Jodos 
Clariente / Clarinet: Marcelo Moguilevsky 

Muicos de la Grilla / Musicians of La Grilla: 
Fagot/Bassoon: Carlos Herrera, Saxo/Saxophone: Rosa Nolly, Flauta/Flute: SoKo Rodrigo, Armónica/Harmonica: Federico Linari & Batería/Drums: Danilo Abad Celleri 



Equipo / Team:
Asistente Psíquico / Psychic Assistant: Emanuel Bonnier 
Técnico del ENS / ENS Technician: Natalia Pastrovicchio 
Asistente Técnico / Assistant Technician: Pablo Vera 
Jefes Técnicos/Chief Technicians: M. Zannoli & A. Lastra 
Asistente de Dirección / Assistant Conductor: Luis Nesa

Asistentes de grabación / Recording Assistant: Francisco Rodríguez Amenabat 
Grabado & Mezclado / Recording & Mixing: Ricardo Sanz (Soundrec) & Daniel Hernández 
Grabado en Estudios / Recording Studio: Soundrec, Buenos Aires www.soundrec.com 

Tapa / Cover: Escultura y foto de Federico Zimerman basada en el dibujo de La Grilla Acústica de Edelstein / Sculpture & photo of Federico Zimerman based on the sketch of The Acoustic Grid of Edelstein 

Diseño Gráfico / Graphic Design: Gisela Formoso 
Dirección de Arte / Art Direction: Deborah Claire Procter 
Fotos / Photos: Cecilia Kuska & Deborah Claire Procter 

Producido por el programa Teatro Acústico de la Universidad Nacional de Quilmes 
Produced by the programme Acoustic Theatre of the National University of Quilmes 

Editor / Publisher: Patina Publishing, Amsterdam - www.patinapublishing.nl 

Auspiciado por Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) 
Supported by the Editorial of the National University of Quilmes (UNQ) 

Contacto / Contact: 
info [ @ ] ensbuenosaires [ dot ] com 
Facebook: ENSBuenosAires |  Web: www.ensbuenosaires.com 

Agradecimientos / Thanks
Un enorme agradecimiento especial para Edgardo Palotta y todos los músicos jóvenes que también participaron de este disco. Como en cualquier proceso de edición hay tomas que no pudimos incluír aún, pero que formarán parte del próximo DVD en 5.1 en donde irá la segunda parte de La Grilla Acústica, esta vez re-grabada y editada en 5. 1, con fecha estimada en octubre de 2014. Un enorme agradecimiento tambien a Maru Pauken por el Planet Gong. / An enormous thank-you especially to Edgardo Palotta and all the young musicians who also participated in this disc. As in whatever process of edition there are takes that we could not include, but they will form a part of the next DVD in 5:1 where there will be the second part of The Acoustic Grid, this time re-recorded and edited in 5:1, with an estimated date of October 2014. Thanks aswell to Maru Pauken for the Planet Gong.

Todas las publicaciones en Argentina, Latinoamérica, Norte américa y países de Europa gracias a Patina, de Amsterdam / All the publications in Argentina, Latin America, North America, and the countries of Europe thanks to Patina, Amsterdam. 

domingo, 19 de enero de 2014

2013 No sirvo para funcionar como maestro estatua - El Diario, Paraná

http://www.eldiario.com.ar/diario/interes-general/98764-no-sirvo-para-funcionar-como-maestro-estatua.htm
ENTREVISTA. Oscar Edelstein, compositor, músico, innovador

“No sirvo para funcionar como maestro estatua”
Se define como un “musócrata”. Y asegura que la música “puede modificar la realidad humana”, y que “los Estados y sus gobiernos tendrían que considerar al arte musical como a una nueva herramienta esencial para la invención de sociedades mas trabajadoras e interesantes, y sobretodo, con otros valores espirituales”.
Martes 17 de Diciembre de 2013 Hs.
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Para el artista, “el código musical requiere de revisiones constantes cuando uno tiene ideas nuevas”.
Como a tantos entrerrianos más, la necesidad de responder a preguntas esenciales lo indujo a alejarse de su tierra natal. Sin embargo Oscar Edelstein está retornando siempre a Entre Ríos, lugar al que siente cada vez más cercano. Pese a que su condición de compositor innovador y vanguardista lo lleven a moverse por el planeta para presentar sus teorías y sus obras. De la India a Suecia, de Holanda a Brasil, Edelstein ha transitado desde Paraná, donde transcurrió su infancia y adolescencia, por los caminos del mundo. De regreso del Encuentro Argentino de Improvisación y Composición Musical en San Juan –que lo tuvo como uno de los referentes principales y contó con la participación de artistas de todo el país- y mientras prepara el estreno de sus obras con la Filarmónica de Londres, en 2014, este entrerriano del mundo - profesor titular de composición en la carrera de composición de la Universidad nacional de Quilmes- accedió al dialogo con EL DIARIO. Y fiel a su estilo y sus convicciones, se manifiesta sin medias tintas.
–¿Cuál es la apuesta estética que planteas en lo más reciente de tu trabajo en relación al universo de la música y la composición?
–Después de un año y meses de trabajo “hacia adentro” he encontrado nuevas condiciones y procesos de mis propias ideas y técnicas que me entusiasman. Gran parte de ellos aparecieron en la última obra que compuse para la Filarmónica de Londres y el grupo de percusionistas suecos, Kroumata: El Sonido Anterior al Universo. La obra es misteriosa aún para mí, y extensa, al menos dentro de lo que he escrito para orquestas grandes. Desde el tipo de notación que elegí para algunas secciones -con símbolos y esquemas tridimensionales- pero, sobretodo, por el uso de un tipo de movilidad tímbrico-rítmico- espacial que me hizo repensar mis propios sistemas de uso de la perspectiva en música, como así también revisar algunos conceptos fuertes que la afectan: densidad, tiempo, métricas discontínuas, diferentes conectores instrumentales o el volumen sonoro. Estas técnicas influyen directamente en la forma en como el espacio musical se construye y muestra en la totalidad de la obra. Es una pieza que trabaja sobre varias novedades teóricas. Las imágenes musicales que expongo en ella están por fuera de lo que podemos considerar como imágenes acústicas corrientes y por suerte, lejos también de la topología imaginaria de mis últimas obras. Me encontré con un tipo de texturas, de transparencias armónicas, que disuelven las geometrías tradicionales.
La notación en música es otro gran instrumento, una herramienta que debe estar al servicio de la idea. El código musical requiere de revisiones constantes cuando uno tiene ideas nuevas. Lo interesante es que cuando estos signos se instalan ya como dispositivos simbólicos, te permiten otras operaciones, como si pensaras en una rueda sin ejes: ese elemento único y en apariencia mínimo, te permite imaginar y crear movimientos que antes resultaban imposibles. La mecánica no-clásica, como las matemáticas o la física actual, te dan esa posibilidad que empuja la imaginación, del mismo modo que la poesía renueva el repertorio de imágenes mentales y desde allí, puede reorientar el deseo. El concepto de distancia interválica asociada a la creación de perspectiva en el espacio, puesto en signos y símbolos, son nuevos conceptos que vengo trabajando en mi programa (el Teatro acústico) desde hace mas de una década y que poco a poco van dando resultados concretos. Como ocurre con el cambio de las unidades de medida o los patrones de distancia, son todos objetos y herramientas que necesitan de tiempo para su puesta a punto, hay que probarlos, pero luego de eso, pueden cambiar los métodos y sistemas asociados, y desde allí, cambian las disciplinas y las costumbres.
–¿En lo personal cómo transitás tu presente? ¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos?
–Luego de una obra como la que escribí, quedo tranquilo, tal vez excesivamente tranquilo, necesito descansar de mis imágenes musicales y entro así en una etapa más introspectiva, menos ansiosa. Por lo general estos períodos son los más productivos. Parece paradójico, pero así funciono.
Así comencé a trabajar en varias piezas nuevas: La Carta Imaginaria, que será una obra con estreno fijado para abril de 2014 y que tiene características perfomáticas e improvisatorias, con algunos toques teatrales - absurdos- sobre textos que resumen mi pensamiento alrededor del tema de la comunicación, cada día mas conflictivo: todo el mundo en apariencia muy conectado y paradójicamente cada vez mas solitarios, o aislados. La obra trae también una reflexión sobre el destino y el deseo, dos temas que puedo ligar en mi música a lo escrito y lo no-escrito.
También estoy entrando en los preparativos para la presentación mundial de otra obra también de orquesta pero dividida por sectores, que utiliza a pleno el sistema de los cristales sónicos, el proyecto que junto al físico y artista Manuel Eguía venimos desarrollando en el marco de mi programa, y sobre lo que se ha escrito bastante, pero mas se escribirá de ahora en adelante.
Mientras tanto vuelvo a mi piano, la vuelta al piano es como recuperar el cuerpo, lo físico, que un poco se pierde con todo el proceso abstracto que implica el encarar obras largas, escritas para una orquesta. Esa felicidad de tocar, ya sin pensar en nada, es única. Pero yo necesito llegar ahí en el abandono de la angustia del pensar. Al fin, la imaginación extrema ocurre entre la percepción y el pensamiento, que es otra forma de la memoria.
LO QUE ADVIENE
–¿Qué bandas, grupos o artistas han despertado tu interés en los últimos años?
–Son muchos y sería imposible nombrar a todos. Pero pensando mucho en esta pregunta, creo que no existe hoy una producción privada más o menos difundida que me importe mucho, es francamente poco lo que desde allí se hace hoy de novedoso. La gran diferencia la continúan haciendo los Estados o las instituciones, tanto en el mundo como acá, a través de la inversión en investigación, ciencia y arte. Por esa inversión, que (atención) sigue siendo mínima, contamos hoy con una mayor cantidad de producción alrededor de algunas de las mas importantes universidades nacionales, la mayoría en los grandes centros urbanos. Hay grupos, ensambles o creadores que están realizando una actividad creciente y sostenida, muchos de ellos conectados con la secretaría de cultura de la nación o el fondo nacional de las artes. Tal vez no se ha logrado aún articular bien toda esa producción con el público corriente, pero hay mucho para escuchar y observar allí. En esto no hay milagros, el Estado ha invertido algún dinero para investigación y producción artística y eso se hace notar, mas en un país como el nuestro en donde los artistas y científicos venimos muy acostumbrados a producir con muy poco estímulo. Se verá con el tiempo si toda esta producción artística y científica es capaz de establecer una nueva relación con las personas del público corriente.
También escucho música de gente muy joven de edad en mi tarea como profesor titular de composición en la carrera de composición de la Universidad nacional de Quilmes, realmente en los últimos años nuestra carrera ha avanzado mucho y ahora es un verdadero centro emisor internacional, con cerca de cuatro generaciones trabajando en simultáneo. Viajo mucho también, invitado a dar conciertos o clases en diferentes teatros o centros académicos de Europa, o como en febrero del 2014 que iré a Australia para montar una obra allí, estoy en contacto con lo que hacen hoy los más jóvenes de cuerpo y edad, que no siempre son los mas jóvenes de ideas. Es que ‘ser joven, lleva mucho tiempo’, como dijo Picaso.
–¿Qué opinás de la industria musical actual?
–Hoy se habla de industrias culturales en oposición a lo que antes era sólo industria, se verifica que los países pueden producir bienes culturales y que éstos requieren de apoyo, becas, subsidios, de planes tácticos y sobretodo, estratégicos. A nivel nacional veo que se ha avanzado mucho en este sentido, pero es evidente que ahí, en donde hay producción concreta de beneficios económicos hay disputas serias, la música es una de las industrias -junto a las armas, la medicina legal o ilegal, o las religiones, por citar apenas algunos ejemplos.- que mas bienes de consumo produce. Es lógico que cada vez que aparecen proyectos y planes para hacerse cargo de estos asuntos aparecen también los problemas, se afectan intereses privados y éstos se defienden, no siempre de forma elegante. Estamos por promover desde mi programa, y en la Universidad de Quilmes, una reunión nacional para pensar alrededor de estos asuntos, es fundamental que los artistas y productores de cultura entiendan lo que está en juego a cada paso. Veo que por primera vez en mucho tiempo hay personas desde secretarías e instituciones del estado que han incorporado estos temas a su agenda diaria, y eso es alentador. El único que puede garantizar el acceso y la máxima libertad creativa a esos bienes profundos, es el estado, un estado tan fuerte como sea necesario (la frase es usada por el socialismo chileno o uruguayo) pero generoso, libre y amplio de criterios, que pueda entrar en diálogo con otros actores.
Como ocurre con otras artes, la industria del entretenimiento, el espectáculo o la “media” han ido tratando de cambiar los ejes de discusión sobre usos, modas y costumbres , han modificado el sentido de las palabras y trastocado las imágenes acústicas llegando hasta torcer los sentidos y significados de muchas imágenes mentales.
Un ejemplo que viene de la época de las dictaduras militares: en los duelos nacionales se pasaba en todas las radios y televisiones, en cadena nacional, música clásica o religiosa. Puede parecer un hecho irrelevante, sin embargo se ha demostrado que esas transmisiones, en donde los colores y armonías clásicas quedaron encadenadas a lo funesto, o en el mejor de los casos a lo “trascendente” pero entendido siempre desde lo mortuorio, no ha sido inocuo, ni ingenuo. El timbre musical, el color, es algo relativamente sencillo de manipular para producir asociaciones directas, ya sea con imágenes visuales o sin ellas, eso que tiene un uso explícito en la publicidad, se usa también para generar dispositivos de dominio de los campos de atención y de moda, en donde se incorporan o marginan las ideas que se necesiten. Como resulta en el caso de los dispositivos de control social implementados bajo tipos muy específicos de relación entre música e imagen. Lo clásico, entonces, pero también derivando, lo serio, lo profundo (y la tristeza lo es) quedó vinculado a lo muerto, de la misma forma que el rock o el pop internacional mueven sus imágenes para construir “ganadores vivos”, atractivos, símbolos sexuales o pseudo-modernos.
–¿Cuál es el rol de los creadores?
–La tarea de los artistas hoy, como siempre, es batallar creando y produciendo, para lograr otras, nuevas asociaciones, mas felices e inteligentes.
Yo creo que la producción musical de avanzada requiere de apoyos sostenidos pero que los creadores involucrados deben trabajar para acercarse cada vez mas a las personas de calle, a recuperar el interés del público, a rescatarlo en algunos casos, también, ¿por qué no? de mucha bobada impuesta. No digo disfrazarse de fantasmitas o vestirse de gauchos, pero si considerar que revertir los procesos a los cuales han sometido a las sociedades requiere de mucha actividad razonada, observadora y consciente.
El único que puede garantizar el acceso y la máxima libertad creativa a esos bienes profundos, es el estado, un estado “tan fuerte como sea necesario” (la frase es usada por el socialismo chileno o uruguayo) pero generoso, libre y amplio de criterios, que pueda entrar en diálogo con los otros actores. Pero cuidado también con lo que se llama la “desidia socialista”, ojo con generar entes pesados o ineptos que no se mueven porque tienen el pan asegurado, es preciso que en todos los niveles de la burocracia oficial se recuperen las formas mas veloces posibles, atómicas, te diría.
–¿Qué opinás del panorama –en cuanto a novedades- de la música popular en el país?
–Desde hace tiempo que la música popular registra avances que ya no permiten pensarla como antes, por supuesto que me interesa la música popular de avanzada, no la que se denomina a veces como popular y es sólo producción masiva, esa que marca el paso de una sociedad a la que buscan adormecer, o aturdir, en ese sentido creo que como ocurre con el comic o en el cine, las altas y bajas dependen de la inteligencia o la imaginación en juego y ya no de estilos o géneros. Tengo contacto con músicos muy populares, con los cuales dialogo, toco y hacemos planes estratégicos en conjunto; aprendo mucho de ellos como también aprendo de mis estudiantes. Veo que, como desde hace tiempo ya ocurre en Brasil o en Méjico, al fin en Argentina también estamos barriendo esos bordes.
–¿Hay alguna iniciativa o propuesta por la celebración del Bicentenario de Paraná?
–Ugh, sí. Como muchas otras veces tuve algunas reuniones y conversamos sobre proyectos que yo mismo presenté. Todos ellos fueron considerados como “muy interesantes”, pero al fin la cosa terminó entrando en un terreno confuso pues se han producido cambios de personas en las secretarías o subsecretarías a cargo y no tengo idea ya sobre cómo puede seguir, al menos nadie habló conmigo hasta hoy para decirme algo al respecto. Yo he manifestado desde siempre mi interés en trabajar para mi provincia, para mi ciudad, lamentablemente debo decir que nunca ha sido sencillo. Me han hecho, sí, homenajes y he tenido algún tipo de reconocimiento formal, pero eso no genera nada, no cambia nada, yo no funciono bien como un “alma de cocktail” (es el título de una canción irónica que escribí allá en los 70 y pico, sobre las personas que se dejan agasajar o someter en cocktailes o brindis). Prefiero trabajar y dar lo mejor de mi a otras generaciones, no sirvo para funcionar como maestro estatua, soy un artista activo y podría mover mucho si me dieran alguna posibilidad o se consiguieran interlocutores burocráticos mas preparados y dispuestos. Desde la sociedad “civil” muchos amigos, colegas, cercanos, gran cantidad de artistas o músicos, siempre me reclaman que “haga mas cosas ¿..? para Paraná, mi ciudad” pero puedo asegurarles que no es por mi responsabilidad que eso no ocurra. Una provincia como Entre Ríos, o una ciudad como Paraná, con ese teatro, con tantos músicos importantes, con universidad, escuelas, orquesta, y con el potencial artístico humano que tiene, debería ser hoy un emisor mas potente, incluso a nivel internacional. Se hacen cosas, claro, en todas partes se hacen, pero el tema fundamental es que difundir no es lo mismo que crear condiciones o producir, y hace falta trabajar en esto, que es la primera y fundamental parte de toda la cadena.
–¿Cuál es tu definición íntima, personal, de la palabra ‘música’?
–Soy un musócrata, lo digo desde siempre, creo con firmeza que la música puede modificar la realidad humana, que los estados y sus gobiernos tendrían que considerar al arte musical como a una nueva herramienta esencial para la invención de sociedades mas trabajadoras e interesantes, y sobre todo, con otros valores espirituales.

Industria musical
–¿Cuál es tu opinión sobre el panorama actual de la industria musical en el país? ¿Pensás que los músicos jóvenes tienen más oportunidades, más puertas abiertas que cuando te tocó a vos ‘poner la rueda en marcha’?
–Desde ya. Hemos creado centros de investigación, instituciones, carreras, hemos fundado revistas, publicado libros, grabado y publicado innumerable cantidad de obras, etc. Gran parte de esto antes no existía, hay una historia ya de donde los más jóvenes, que son recienvenidos pueden tomarse. Es una historia pequeña, circunscripta, de pueblo chico, no somos Alemania, ni Inglaterra, pero ya podemos pensarnos como auto-suficientes. El tema es que no dejen de recorrer lo que se tiene, que no se pierdan en reinventar cada vez la pólvora.
–Entre otras cosas, para esto que comentas han generado el Encuentro Argentino de Improvisación y Composición Musical
–Para mi ha sido muy importante lo que ocurrió en el primer Encuentro Argentino de Improvisación y Composición Musical organizado por el Fondo Nacional de las Artes (FNA); allí, con Marcelo Moguilevsky -quien fue el motor de esta fantástica idea desde el FNA, y junto a Ernesto Jodos y Nora Sarmoria, recibimos mas de 400 propuestas de todo el país, que cubrían prácticamente todos los estilos y géneros musicales, así que pudimos armarnos un mapa bastante realista sobre como la cosa está funcionando.
En un país sin estructura de lealtades, sean éstas culturales o de las otras, generar un movimiento, una escuela de pensamiento y de acción en arte, es sin dudas un orgullo. Mas aún, cuando hay un libre juego de tendencias.
Creación
–¿Qué cosas te inspiran? ¿Tenés un método para componer? ¿sos sistemático en cuanto al ritmo de trabajo?
–Sí, trabajo día por día y a horas regulares, creo cada vez mas en la disciplina interna y en el estar ahí para cuando el asunto ocurre, no hay magia en eso. La disciplina y la constancia, como la valentía, son básicas en el arte. Es mas, antes creía mucho en el talento personal, pero enseñando desde hace mas de 30 años puedo decir que me ha sorprendido infinitamente mas lo que logra el trabajo, la constancia o la valentía, que cualquier otro talento.
Y lo que mas me inspira es volver cada tanto a la intemperie, ese enorme sensación que me produce el sentir que aún no he aprendido nada y que todo está por venir, ese aroma de futuro que me da la intemperie sin fin , me alegra y alarga la vida, bien lo sé.
FOTO (1) Para Edelstein, la música es una nueva herramienta “esencial para la invención de sociedades más trabajadoras e interesantes, y sobre todo, con otros valores espirituales”.

sábado, 19 de octubre de 2013

Oscar Edelstein: SOBRE EL JODOS TRIO, un piano sartriano

El domingo pasado, 13 de octubre de 2013, en el Teatro Colón a las 11 am. JODOS TRIO.
En un día que ya está grabado para siempre en mi memoria, con un lleno total de público hiper-entusiasmado que atravesó edades y preferencias de estilos, Ernesto Jodos con su Trío - Jodos, Carmona, Verdinelli- explotó en Buenos Aires con una música que allí, en esa sala, alcanzó su verdadera dimensión: la que merece. Decir hoy que Jodos hace jazz, o jazz argentino, o jazz actual, avanzado o cualquiera de las posibilidades combinatorias de estas líneas de significación media, es apenas tratar de colocarlo en sistema. 




Pero no entra, no sirve, no alcanza. Su música y sus ideas van infinitamente mas lejos. Y cuando mas se aleja de "el estilo" o de sus fórmulas sociales, mas se percibe la absoluta integridad de su imaginario musical, su fatalidad constructiva, la esencia compositiva de su pianismo. Los pianistas se dividen en dos grandes grupos, se sabe: los que desde el piano entienden a toda la música y su historia, y los que a toda la música, la entienden como a un piano. Estos últimos -hay millones- jibarizan la politímbrica de ese asombroso instrumento y la reducen a un mecanismo, que podrá ser mas o menos apto y hasta virtuoso por sus velocidades, pero siempre "monofónico", monotímbrico, gris, sin sombras, sin ecos, sin resonancias, sin perspectivas. Puro instrumentalismo físico sin consecuencias. Los otros (sí, claro, los muy buenos) entienden que cada tecla, cada parte de ese animal mitológico extraordinario, tiene algo para decir, que no hay mueble alguno en su madera y que todo en él es un Nilo, el Paraná, el Ganges, el Atlántico. Un piano -ya lo dije- puede ser una cama o un barco. Un río inmenso, o un mar, que soporta la fuerza que lo arrastra por dentro y desde siempre. Como en las grandes ocasiones vividas en ese teatro, la música del Jodos Trío quedó flotando en el vacío liviano de la mañana porteña como un fantasma existencialista y profundo, sostenida en el mas allá de los géneros, en eso que ocurre cuando un artista se coloca frente a los temas sin restringirse al "modo de tocar o de entender" y se deja llevar por sus convicciones íntimas, sin perder biografía o destino. Sostenido en un tipo de deseo de trascendencia que ni siquiera parece mirar de reojo al otro, pero que opera como un impulso nuclear sobre los que están presentes. Jodos es impresionista en los acordes pero atonal libre en sus líneas melódicas, brilla como un cometa en las curvas de color a lo Taylor, aunque hay un Liszt oculto que le tira de las sábanas. Nunca en otro lado, Jodos se consume cuando toca en ese ahora. Esas ceremonias se realizan sin que medie una alusión que uno pueda recordar en ese especial mientras tanto, todo se filtra en esa máquina dominada, en ese piano conducido pero salvaje. Es impensable que logre tocar así de bien sin domesticarse, y mucho mayor es su mérito cuando dentro de ese teatro las convenciones de relación o las caravanas pulcras de sociedad civil pueden llegar hasta el ridículo. Usó, simplemente, lo mejor de este teatro: su acústica. En Jodos no hay jamás una idea que se escuche adaptada, todo es natural y fluye desde esa lógica. Lo dije, un Ganges que viene hasta nosotros cargando todo su fluír. Tengo para mi que cada melodía, sus variantes, el modo firme y sutil con el que Jodos presenta sus composiciones, con ese piano multitímbrico y sartriano (por lo existencial, por el estar ahí, sin dios) y que recorre la historia última de una música infinita, está aún pintando, en vuelo, suspirando cada frase con la serenidad de aquéllo que se pudo escribir, finalmente, sobre lo soñado. Sí, porque él se mueve en el ahora -lo dije, sartriano, existencial, sin dios- pero su música queda, y quedará. 


Cuando le elogié el ajuste y la precisión del Trío - y sus casi arquitectónicos compañeros de esta vez se merecerían otra crítica, ya que tanto Carmona como Verdinelli no jugaron un rol menor en esta instancia, y en donde destacó muy especialmente la evolución de un músico muy joven que ya era formidable hace años, el contrabajista Jerónimo Carmona- Ernesto Jodos me dijo -sic-, " mirá, Oscar, ellos tocan lo que quieren". Yo, que nunca lo escuché tan perfecto, fue lo único que en esa mañana no le creí.




domingo, 14 de julio de 2013


Sobre Helmut Lachenmann comparto debajo un pequeño comentario de Peter Becker, pero yo debo decir antes que nada, después del increíble concierto del Cuarteto Arditti, perdón mil veces o cien mil veces a Helmut Lachenmann, sólo un ignorante -como yo- pudo poner en duda alguna vez (en privado, jamás en público por suerte) su enormidad como compositor, perdón y perdón otra vez. La realidad es que con la interpretación que escuché el sábado en el Colón apareció por primera vez para mi una dimensión en la música de Lachenmann que antes, en varios discos y partituras, no creí posible. Su música es simplemente extraordinaria y original como muy pocas, pero esta dimensión aparece en la audición en vivo. Alguna vez tendremos un sistema que pueda registrar eso que ocurre en la sala. Va el comentario (traducido) de Becker, es una introducción, no mucho mas, pero se trata de lo mas ajustado y preciso que he leído sobre los cuartetos de HL, me refiero a artículos de divulgación e introductorios, ya vendrán los otros, paciencia. 

"Gran Torso supone un giro dentro de la práctica compositiva de Helmut Lachenmann. La obra expone de manera ejemplar una noción de material no definida ya por el sonido en tanto que resultado de una construcción abstracta, sino basada más bien en las condiciones mecánicas y energéticas de producción del propio sonido y en el concepto de ‘música concreta instrumental’. Transformado en un organismo  sonoro de dieciséis cuerdas, el cuarteto de cuerda, siguiendo las minuciosas instrucciones referidas a notación y a modos interpretativos, se aventura mucho más allá de los límites habituales de esta formación instrumental. Las explicaciones, formuladas a la vez con la mayor precisión, inaudita imaginación y poderoso sentido lúdico, revelan que Lachenmann es un investigador y creador de sonoridades de primer orden. El hecho de que esas instrucciones –relativas a la afinación (o la escordatura) de los instrumentos, a los numerosos gestos de pulsación y amortiguamiento y a las diferentes posiciones del arco, así como a la intervención del cuerpo, clavijas o mástiles– se detallen con la máxima exactitud parece probar que el título, Gran Torso, no hace referencia a un opus defectum, sino que estamosante una obra que, intencionadamente inacabada, da muestras de una consumada perfección. De este modo la presente grabación de Gran Torso evoca en el oyente la asociación de un proceso sonoro por el cual los intérpretes, haciendo gala de increíble derroche físico, parecen cincelar al buril una especie de torso esculpido. Imagen que no resulta menos válida –de distinto modo, no obstante– para referirse al Cuarteto de cuerda nº 2 Reigen seliger Geister (Ronda de los espíritus bienaventurados) de sonoridades espiradas y sopladas, con sus múltiples superposiciones de flautandi fantasmagóricos y sombríos, mostrando a la vez un polo opuesto hecho de pasajes en pizzicati magistralmente desarrollados, sin olvidar la ‘escordatura salvaje’ del final de la obra, obtenida mediante la manipulación a voluntad de las clavijas. Y si el subtítulo del Cuarteto nº 2 alude a la gravedad del mundo de los espíritus del Orfeo de Gluck, el del Cuarteto de cuerda n° 3, Grido, remite a la Dramatis personae, a ese Arditti Quartet al cual la pieza está dedicada: las iniciales de los nombres de sus miembros en aquel momento – Graeme Jennings (segundo violín), Rohan de Saram (violonchelo), Irvine Arditti (primer violín) y Dov Scheidlin (viola)– configuran la palabra ‘Grido’ (grito en italiano). Las técnicas interpretativas nuevas y antiguas revelan aquí una nueva expresividad, sin que pueda con todo hablarse de la serenidad propia de una obra de madurez: fisuras, rupturas, cuestionamientos y enigmas hacen constantemente aparición. Es ese misterio que acompaña, como inevitable corolario, cualquier exploración relacionada con la materia sonora; aunque lo cierto es que está instalado en la naturaleza misma de la música, como en la de cualquiera de las demás artes".

Oscar Edelstein

lunes, 8 de julio de 2013

Concierto del Quinteto Alunco del sábado 11 de mayo en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes


Concierto del Quinteto Alunco del sábado 11 de mayo en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes

El quinteto está integrado por
Soko: Flauta Traversa
Martin Proscia: Saxos
Mauro Vicino: Guitarra
Cristian Ferreira: Contrabajo
Hernan Mendelman: Bateria

El Quinteto Alunco presentó una propuesta imaginativa y potente como pocas. 

Los que asistimos al concierto del sábado pasado en esa casona iluminada ahora por el Fondo Nacional de las Artes, que antes fuera de Victoria Ocampo, pudimos comprobar que la música de avanzada - hoy y acá - pulsa con una vitalidad formidable y que sus jóvenes herederos pueden plantearse aventuras tan novedosas e imaginativas como intensas. 

Este quinteto se propone recorrer las delgadas líneas entre composición e improvisación semi-pautada, también entre lenguajes musicales complejos y aquéllos considerados como mas figurativos, o directamente populares, algo que desde hace un tiempo se discute en todos los niveles de la creación musical y que viene marcando mucho mas que una tendencia. Sí, porque la música popular (digamos, y abrevio) tiene desde hace mucho tiempo una concepción que excede larga y espléndidamente lo que alguna vez la musicología de escritorio (también abrevio) categorizó como músicas bajas o altas. Con el olvido suficiente que produce un saber conciso y una práctica disciplinar rigurosa, el grupo se movió por sobre estos esquemas y brilló en los hallazgos de una poética musical que anima, que ilusiona. 

Una música de los bordes, hecha con alegría e inteligencia, mas en la calle, a la intemperie, que al resguardo de ciertas formalidades que sólo atrasan los relojes. 

Pero mas allá de lo mucho que desdibujan o imprecisan entre materiales, organizaciones o géneros, está lo que esta música produce como discurso, la sensación de estar escuchando a un grupo que tiene algo esencial para decir, y que ese decir se inscribe en una historia que no es la mera repetición de lo aprendido. 

Se trata de instrumentistas-compositores con fuertes rasgos personales que decidieron pensar y actúar en bloque, desdibujando anaqueles varios de bibliotecas importantes, entre ellos la clásica idea del autor compositor dueño absoluto de la obra de marras, o la otra, que nos dice que improvisar es hacer algo apenas espontáneo, sin forma y permutando en directo por sobre lo adquirido como género o estilo. Vamos! Y así, sueltos de cuerpo y conciencia van en pos de una nueva forma de hacer música contribuyendo a una corriente de pensamiento y acción que está llamada a configurarse como una nueva e importante corriente estética. Sin camellos, como el corán según Borges, pero también absoluta e irreductible en la búsqueda de una identidad genuina. 

Me impresionó que siendo un grupo nuevo - esta fue su primer presentación como quinteto en público- sonaran ajustados y coherentes, algo que no ocurre sino luego de muuuuchos ensayos. Tal vez porque Proscia y Vicino vienen tocando juntos desde hace un tiempo y esto ha marcado el curso maestro del quinteto, quizás porque Soko entiende todo lo que ellos proponen, rápido, y se despliega fibrilante como un haz de toques y pulsos, o porque Ferreira y Mendelman sostienen a los tres con una red de sangre colorada, a sabiendas que la rítmica es mucho mas cuando está diseñada como arquitectura profunda, en los pliegues de las métricas o los acentos fuertes, pero lo concreto es que los cinco, en varios, muchísimos momentos, funcionaron como esos grupos históricos, transmitiendo la sensación de seguridad que sólo producen las convicciones sensibles cuando se manifiestan en el acto de hacer y hacer y hacer. El concierto fue bellísimo, y todos así lo vieron. La idea misma del ritmo espacial, las técnicas extendidas pero propias, fruto de una elaboración personal –en esto Proscia, sobretodo- y no usadas como marca de moda, o el uso de la densidad o el color para generar perspectivas, volúmen, sombras, curvas, movimiento, que no deja de lado la sutileza motívica y el modo en que conducen a ese discurso a un lugar no seguro, pero cierto, y siempre extrañado: el misterio de lo nuevo contra la ilusión que generan los recuerdos evocativos, las reminiscencias –una parte apenas de la memoria - cuando se vuelve sobre lo entendido para revisarlo, para reformular la cita del tema y conversarlo con los otros, escuchando lo que el otro distinto tiene para decirnos. 

Este grupo es inteligente y sus integrantes están formados, no hay ingenuidad ni casualidad en sus músicas, pero es elogiable su entrega de dar todo, todo el tiempo, con una inocencia que obliga a escucharlos, también, sin prejuicios ni demasiados pensamientos, mucho menos con los rígidos presupuestos racionales de la convención de oir. Música que dice mucho mas cuando menos palabras podemos colocarles, poética de las tensiones y el color, que hace respirar hondo y comprender todo sin hablar. 
Acá recordé que este grupo se remite a otros cercanos que le dan un contexto mas amplio y de apoyo, todos músicos muy jóvenes e hiper generosos -porque dan infinitamente mas de lo que piden- 
y tan intuitivos como educados, como son los que integran hoy el Encuentro Argentino de Improvisación, en donde ya hay verdaderos atletas del sonido imposible, artistas y músicos importantes, que no se dan a si mismos importancia y que sueñan con la sabiduría que nos da siempre el descampado o el vacío. Lejos de todo reparo institucional o académico falso, al afuera sin fin, a ese ilimitado horizonte al que se llega desde un chiquito camino pétreo, recontra curvo zigzagueante ensortijado, lleno de tantas dificultades como alegrías. 

Lo curioso es que lejos de perderse cada uno de sus integrantes en ese discurso planteado como múltiple y por momentos muy complejo, sus capacidades individuales surgen desde ese "colectivo" con mayor nitidez. Planetas de constelaciones pronunciadas por un nuevo orden se piensan y muestran como conjunto de colección que actúa de forma parecida a la idea del timbre moderno, en donde cada uno de los elementos o componentes trae y expone su propio cuerpo, completo, y sin embargo se remite a un sistema mas amplio que lo contiene, expresándolo sin limitarlo. 

Allí, dentro de texturas muy elaboradas y siempre en tensión con algunos sujetos temáticos de orígen, lo que les da un pie apenas para comenzar, ellos fluyen, viajan, vuelan, zumban, susurran y retumban juntos, conjugados entre verbos de tiempos diferentes y nadie podrá confundir jamás a uno con el otro. Esa idea de textura múltiple, que es siempre realización tímbrica y espacial, esa razón de ser de una nueva estructuración discursiva, los marca y conduce.

El público, muy nutrido y variado entre los que había artistas colorinches, intelectuales de años cargados, poetas amigos, muuuuchos músicos tan jóvenes ellos, actores, todos sumándose a ese clima de fiesta cultural que se genera sobretodo en Buenos Aires cuando los asuntos pasan por “ahí”, todo el público- dije- festejaba con pequeños gestos cómplices y en silencio de misa pagana cada “pase” de dúos o tríos, cada giro, las entradas conjuntas a ritmo dividido, las solitarias exposiciones y las curvas tímbricas con circulaciones sobre topologías coloreadas, fosforescentes, por uno, dos, tres o los cinco, la sutil resplandeciente entrada de los temas. El quinteto iluminaba a todos con una sonrisa contagiosa, pacífica.

Siempre hay que lamentar alguna pérdida, la ausencia, un hecho, algún algo que denote mas la satisfacción del asunto presente: yo lamenté – aclaro que luego, no en el momento, y al minuto exacto, se me pasó- la deserción de lo que antes llamábamos “críticos musicales” en este tipo de conciertos mas jóvenes. Me pregunté –por un minuto, no mas, lo aclaro otra vez por si hiciera falta y que nadie se confunda conmigo- si aquéllos que antes estaban ahí para apoyarnos han perdido la pasión o el interés genuino por estas músicas, que siguen siendo la única posibilidad de ir creciendo hacia una estética propia y con fuerza, desde acá, novedosa movilizadora juventud que siempre enseña algo. Luego -al minuto, vale la repetición, disculpen- entendí que quizás hoy mas que nunca antes, la verdad que es la realidad, está en los escenarios y en la calle, se juega ahí, por delante de todos los diarios, de la tele, la web, las revistas especializadas de casi todos los géneros, llegando inclusive este futuro devenir hasta los papers o los trabajos serios y académicos, porque mientras la mediocridad insensible y repetitiva se sienta y acomoda su gordo culo recto acorbatado en todos esos sillones confortables y desde allí dicen algo ya mas pensado y archisabido que el teorema de Pitágoras, la música y la poesía resisten, siguen su curso, sin considerar ni pretender otra cosa que ese cielo que llamamos arte, o vida de artista, que es futuro siempre, poesía, y que eso está allí, en las calles, como siempre que se pierde, lo encontraremos ahí, en el río de crecida, pues...
“No olvidéis amigos que la poesía, si la pura sensitiva o la ineludible sensitiva, es asimismo, o acaso sobre todo, la intemperie sin fin”

Fue un bellísimo concierto y mi corazón está allí, aún con Uds, quinteto Alunco! 

Oscar Edelstein